Los pasados 3 y 4 de junio se celebró en Barcelona el II Congreso Síndrome STXBP1, al que no pude asistir por problemas de agenda.
El funcionamiento normal de la proteína STXBP1 es fundamental para la liberación de neurotransmisores en todas las sinapsis y esencial para la supervivencia neuronal. Las variantes genéticas patógenas en el gen STXBP1 se identificaron por primera vez en 2008 en pacientes con síndrome de Ohtahara, un inicio neonatal grave de encefalopatía del desarrollo y epileptica. Posteriormente,se ha ampliado su espectro significativamente, incluyendo otros síndromes como el de West y el de Lennox-Gastaut. Este trastorno se reconoce ahora como una de las encefalopatías epilépticas y del desarrollo monogénicos más frecuentes con una incidencia de 3,30-3,81 por cada 100.000 nacimientos. Hasta la fecha, no se han identificado correlaciones claras de genotipo-fenotipo.
Un estudio publicado on-line este tres de junio en la revista Neurology aporta datos muy relevantes sobre la historia natural de este trastorno estudiando 30 casos con edades entre 18 y 58 años (mediana 24 años).
Aunque la epilepsia no es una característica obligatoria del síndrome STXBP1, todos los pacientes incluidos en este estudio presentaban epilepsia que comenzaron en el 80% antes del año de edad (aunque en un caso comenzó en la edad adulta) y aún permanecía activa en la edad adulta en un 80 %, con frecuencias de crisis que iban desde múltiples al día hasta mensuales. La mayoría de los adultos seguían recibiendo múltiples fármacos antiepilépticos. Un 37% experimentó períodos prolongados de libertad de crisis en la infancia o la adolescencia, en algunos pacientes hasta el punto de que los fármacos pudieron retirarse temporalmente. Estos resultados subrayan la importancia de la monitorización continua de las crisis en adolescentes y adultos con este trastorno, incluso en pacientes que han estado libres de crisis durante periodos prolongados.
El retraso en el desarrollo es una característica clínica central de STXBP1 y generalmente ya es evidente en los primeros 2 años de vida. Todos los pacientes adultos con STXBP1-DEE en nuestro estudio tenían limitaciones significativas en la comunicación verbal, y la mayoría de los pacientes (71%) no eran verbales. El estudio reveló episodios de regresión en más de la mitad de los pacientes, incluida la pérdida de habilidades comunicativas o motoras más allá de la primera infancia en el 26 %. Esta regresión no se correlacionaba con la actividad de la epilepsia.
Las características extrapiramidales como la hipomimia y la bradicinesia pueden ser más frecuentes en la adolescencia/adulto, pero la rigidez (rueda dentada) representa una característica rara. Los movimientos estereotipados estuvieron presentes en > 60%. Las anomalías en la marcha, incluidas la marcha de base amplia y las anomalías posturales de los pies, fueron especialmentefrecuentes. El temblor, presente en el 56 %, era principalmente del tipo acción/intención. Estos hallazgos sugieren la afectación multisistémica antes que un trastorno del movimiento extrapiramidal puro. La movilidad funcional era muy variable, desde poder caminar independientemente en todas las superficies o niveladas (50%) hasta estar casi o totalmente en silla de ruedas (39%). Se encontró una correlación estadísticamente significativa entre la edad al inicio de las crisis y el nivel de movilidad funcional.
Todos los pacientes adultos de este estudio eran parcial o totalmente dependientes en la mayoría de las actividades de la vida cotidiana. Los problemas gastrointestinales fueron las comorbilidades no neurológicas notificadas con más frecuencia (47%) con el 13% de los pacientes que requirieron gastrostomía. Este estudio aporta datos novedosos sobre esperanza de vida en este trastorno, reportando el paciente de más edad hasta la fecha, una mujer de 58 años, por lo que la esperanza de vida se estima que puede alcanzar los sesenta años al menos.
Para saber más:
Stamberger, H., et al. (2022). «Natural History Study of STXBP1-Developmental and Epileptic Encephalopathy Into Adulthood.» Neurology. DOI 10.1212/wnl.0000000000200715