El Levetiracetam es uno de los fármacos más usados gracias a su perfil de amplia efectividad para diversos tipos de crisis, escasas interacciones y buena tolerabilidad.

Su origen tiene un precursor, el piracetam es un nootrópico (fármaco que presumiblemente mejora las funciones cognitivas en procesos con los deterioros cognitivos asociados a la demencias) que, a dosis elevadas, presentó cierto grado de eficacia contra las mioclonías corticales. Debido a que este fármaco tenía fama de mejorar las funciones cognitivas, los estudiantes la usaban antes de los exámenes. Sin embargo, los estudios demostraron que, de hecho, el fármaco no mejora estas funciones cognitivas más allá de un mero efecto placebo. Esta fue una gran decepción para UCB Pharma, propietaria del producto. Por lo tanto, la empresa comenzó a modificar la molécula de piracetam con la esperanza de encontrar un nuevo fármaco antidemencia. Así es como surgió el levetiracetam.

Sin embargo, los modelos tradicionales de epilepsia animal indicaron que el levetiracetam no mejoraba las funciones cognitivas y que no tenía un efecto reductor de las crisis en particular. Por tanto, inicialmente la empresa mostró poco interés en la sustancia. Pero después de que Wolfgang Löscher en Hannover en 1992 lo probase en modelos animales de kindling, que es un modelo más estricto que las pruebas tradicionales, se demostraron efectos antiepilépticos muy buenos, lo que volvió a despertar el interés de la empresa.

Desde entonces, el levetiracetam se ha utilizado extensamente contra muchos tipos de epilepsias y se le considera de gran utilidad como fármaco antiepiléptico de amplio espectro. No fue hasta el 2004, cuando se identificó su presunto mecanismo molecular detrás del efecto inhibidor de las crisis: la unión a una proteína de la vesícula sináptica (SV2A). Sin embargo, aún no está claro exactamente cómo esta unión reduce la excitabilidad neuronal. Como derivado de este Levetiracetam se desarrolló en la primera década de los 2000, el Brivaracetam.

Para saber más:

1.-Nakken KO, Brodtkorb E. Chance, serendipity and antiepileptic drugs. Tidsskr Nor Laegeforen. 2017;137.