El sonambulismo hace referencia a la presencia de conductas inapropiadas, incluida la deambulación, que se inician durante despertares repentinos pero parciales del sueño profundo en fases fuera del estadio REM. Durante un episodio, la persona que duerme levanta repentinamente la cabeza, abre los ojos y mira a su alrededor de manera confusa. Luego puede sentarse en la cama, gritar, hablar, maldecir o murmurar, ponerse de pie, caminar, correr, enviar mensajes de texto, buscar en los cajones o manipular objetos como si estuviera despierta. Sin embargo, la falta de plena conciencia y capacidad de respuesta (con confusión mental cuando se le pregunta), comportamientos inapropiados o potencialmente peligrosos, emoción inapropiada, imágenes oníricas (de los sueños) y recuerdo deficiente del evento sugiere que está parcialmente dormida. También se ven comportamientos más tranquilos y rutinarios, como que los niños se preparen para ir al colegio o desayunen de madrugada.
Los síntomas de miedo intenso (con sollozos prolongados e inconsolables en los niños) caracterizan una variante denominada terror nocturno. El sonambulismo y los terrores nocturnos, surgen durante fases del sueño distintas del REM, y con frecuencia ocurren simultáneamente en el mismo paciente o familia y tienen un fuerte componente genético. Ocurren principalmente durante el primer tercio de la noche. Los episodios son generalmente breves (de pocos minutos), aunque se han notificado casos raros y graves de sonambulismo que duran varias horas. Hasta el 17% de los niños caminan dormidos y entre el 2 y el 4% de los adultos (en su mayoría adultos jóvenes) que a menudo caminaban sonámbulos cuando eran niños) todavía deambulan o hablan regularmente por la noche.
La amnesia del episodio es lo más habitual, especialmente en niños, pero los adultos a veces recuerdan que «han hecho algo». Además, la mayoría de los adultos ocasionalmente recuerdan alguna imagen de sus sueños (oníricas), principalmente estresante o desagradable (p. ej., que se le cae el techo encima, insectos o serpientes en la cama, o estar encerrado o enterrado vivo) asociada con la aprensión y exhibida en el dormitorio. Su comportamiento es congruente con la escena del sueño (p. ej. un hombre sacó a su esposa de la cama para salvarla de ser atropellada por un tren), justificando el antiguo término ‘caminar soñado”
Para saber más:
(2018). Sleepwalking. Current Biology, 28(22), R1288–R1289. http://doi.org/10.1016/j.cub.2018.09.062