La inteligencia artificial (IA) está emergiendo como una fuerza transformadora en la atención médica, especialmente en el tratamiento de la epilepsia. Aunque su impacto en la práctica clínica diaria aún es limitado, la IA promete revolucionar tanto el diagnóstico como el tratamiento de este trastorno. La integración de la IA en la medicina enfrenta desafíos como la validación de modelos, preocupaciones éticas y logística de implementación. Es crucial que las aplicaciones de IA en la epilepsia mejoren los resultados sin comprometer la seguridad, lo que requiere ensayos clínicos rigurosos y directrices éticas claras.
Los profesionales de la salud y los pacientes deben comprender mejor la IA para utilizarla efectivamente, respetando la confidencialidad de los datos. Los modelos de IA necesitan datos abundantes y de calidad, que se generan a lo largo del tratamiento médico de un paciente, incluyendo registros electrónicos, EEG, pruebas de neuroimagen, ensayos de medicamentos y evaluaciones quirúrgicas.
El procesamiento del lenguaje natural, una rama de la IA, se aplica a registros de salud electrónicos para manejar la gran cantidad de datos. Los modelos de lenguaje avanzados (LLM) han demostrado ser efectivos en la extracción de información compleja, con un rendimiento comparable al humano. El interés en LLM para interpretar registros médicos ha crecido significativamente desde la introducción de ChatGPT.
Mirando hacia el futuro, un gran desafío es el desarrollo de sistemas de IA para anticipar crisis epilépticas de manera precisa, integrándose en la vida diaria y permitiendo reacciones rápidas a posibles desencadenantes. Estos sistemas podrían facilitar tratamientos personalizados y adaptativos, mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes.
En conclusión, la IA tiene un potencial enorme para mejorar el manejo de la epilepsia, ofreciendo un enfoque centrado en el paciente y predictivo. Realizar este potencial requiere un esfuerzo colaborativo entre tecnólogos, médicos y políticos, siempre con el bienestar del paciente como prioridad.
Para saber más:
Lucas, A., et al. (2024). «Artificial intelligence in epilepsy – applications and pathways to the clinic.» Nat Rev Neurol 20(6): 319-336.