El creciente uso de teléfonos móviles en nuestra vida cotidiano (ver también post reciente en http://www.epilepsiamadrid.com/2019/01/20/pasan-demasiado-tiempo-nuestros-ninos-y-adolescentes-conectados-a-su-telefono-movil/), plantea cuestiones sobre el posible efecto, positivo o negativo, y los peligros potenciales de la exposición a la radiación electromagnética no ionizante que emiten estos dispositivos.

Uno de los temas potencialmente más relevantes es el posible impacto en la función cognitiva. Las radiofrecuencias emitidas por estos aparatos y la energía que portan, llegan a ser absorbidas por nuestros cerebros, dependiendo del tipo de teléfono, la distancia entre el teléfono y la cabeza del usuario, y la duración del uso del teléfono. Hallazgos experimentales muestran como esta absorción puede conllevar cambios en la acumulación de energía a nivel celular y modular la actividad de las redes neuronales a múltiples niveles, induciendo cambios potencialmente relevantes en la excitabilidad de redes neuronales. Estos posibles cambios son especialmente relevantes en el caso de personas con epilepsia, cuyas crisis precisamente surgen de esta inestabilidad en redes neuronales, que son proclives a una excitabilidad inusual.

Un estudio publicado en el último número de la revista Journal of Clinical Neurophysiology, ha analizado los efectos de 30 minutos de uso de móvil en parámetros neurofisiológicos asociados con procesos cognitivos en adultos sanos y con epilepsia generalizada. Para este fin, analizaron los cambios en los potenciales evocados auditivos relacionados con el evento (P300) y un estudio cuantitativo de la potencia y frecuencia de la banda alfa occipital en el electroencefalograma (EEG). Estas medidas proporcionan una aproximación a la monitorización de la función cognitiva, ya que su generación se asocia a operaciones más complejas relacionadas con la atención y la memoria.

En este estudio se compararon la amplitud y el tiempo de reacción del evento auditivo y potenciales relacionados (P300) y la frecuencia alfa occipital antes y después de la exposición a una llamada de 30 minutos en 30 personas con epilepsia y en 30 sujetos control. En el presente estudio, los autores reportan un aumento del tiempo de reacción y una disminución de la amplitud de P300, que fueron más evidentes en personas con epilepsia. También observaron una disminución en el poder alfa en los sujetos control y personas con epilepsia y se asoció con un aumento de frecuencia alfa bilateral.

El análisis para ambos grupos mostró que la potencia de la banda alfa del EEG disminuyó 10 minutos después de comenzar la llamada y continúo cambiando de manera no lineal, con un decremento estadísticamente significativo a los 5 minutos después de la llamada, lo que indica que los cambios en este parámetro se prolongan hasta 5 minutos después de finalizar la llamada.

Además, este parámetro cuantitativo de la banda alfa tardó 10 minutos más en recuperarse en sujetos de control, con un efecto de corrección excesiva observado en personas con epilepsia, que los autores atribuyen al exceso de sincronía neuronal y a la hiperexcitabilidad que sufre el cerebro con epilepsia. En las personas con epilepsia del estudio, tales cambios se vieron significativamente correlacionados con el tiempo transcurrido desde la última crisis y con el régimen de tratamiento.

 

Los autores concluyen que estos cambios en los parámetros neurofisiológicos medidos reflejan alteraciones significativas de las redes neuronales, que alcanzan mayor relevancia en el caso de las personas con epilepsia, cuyas redes neuronales son fácilmente hiperexcitable. En consecuencia, especulan que el posible efecto negativo de estas radiaciones sobre los procesos cognitivos podría ser más intenso en personas con epilepsia que en personas sanas.

Las conclusiones de este estudio deben ser replicadas en estudios con un diseño más robusto para poder desarrollar cambios significativos en cuanto a las pautas de utilización de los teléfonos. No obstante, en cualquier caso, con lo que se va sabiendo, resulta más saludable adquirir la costumbre de hablar siempre a través de auriculares manteniendo el teléfono lo más alejado posible de la cabeza.

Para saber más:

Elsawy, N., et al. (2019). Electrophysiological Assessment of the Impact of Mobile Phone Radiation on Cognition in Persons With Epilepsy. Journal of Clinical Neurophysiology : Official Publication of the American Electroencephalographic Society, 36(2), 112–118.

http://doi.org/10.1097/WNP.0000000000000545