La epilepsia es una enfermedad neurológica común que afecta a millones de mujeres en edad fértil. Las mujeres con epilepsia que planean quedar embarazadas se enfrentan a varios desafíos, incluido el equilibrio de los beneficios y efectos adversos de los medicamentos anticrisis (MACs) y los suplementos de ácido fólico durante el embarazo. Las directrices clínicas recomiendan ampliamente el uso de una dosis más alta de ácido fólico (≥1 mg al día) junto con el tratamiento con MACs en relación con el embarazo, ya que estos fármacos pueden asociarse a riesgos teratogénicos y menores concentraciones de folato en la sangre. A pesar de la fuerte evidencia que demuestra los efectos protectores de la suplementación con ácido fólico contra los defectos del tubo neural en la población general, falta evidencia similar con respecto a la protección contra las anomalías congénitas en mujeres con epilepsia en tratamiento con MAC durante el embarazo. 

Sin embargo, los estudios que abordan la salud en niños expuestos a MAC prenatalmente han reportado otros beneficios del uso de una dosis más alta de ácido fólico, como un menor riesgo de rasgos autistas, mejores resultados de inteligencia (excepto para el valproato), y un menor riesgo de deterioro del lenguaje en algunos, pero no en todos los estudios. Por el contrario, el uso de dosis más altas de ácido fólico en el embarazo se ha asociado en un controvertido estudio con un mayor riesgo de cáncer infantil en niños nacidos de mujeres con epilepsia.

Las directrices clínicas actuales para mujeres embarazadas con epilepsia tratada con MAC plantean un desafío tanto para los pacientes como para los médicos, ya que el momento óptimo y la dosis de la suplementación con ácido fólico antes y durante el embarazo para lograr los mejores beneficios potenciales siguen siendo inciertos. 

Las recomendaciones actuales varían ampliamente de 0,4 a 5 mg de suplementación diaria, con una guía inconsistente sobre si mantener o ajustar las dosis durante el embarazo. 

Un reciente estudio publicado en la revista Epilepsia y realizado en los países escandinavos ofrece nuevas perspectivas para comprender mejor las prácticas recientes e identificar áreas para mejorar las pautas de suplementación con ácido fólico para las mujeres con epilepsia durante el embarazo.

Solo la mitad de los embarazos en mujeres tratadas con un MAC para su epilepsia se complementaron con dosis más altas de ácido fólico (≥1 mg al día). Mientras que la mayoría de los embarazos en mujeres con epilepsia tratada con MAC se complementaron con una dosis más alta de ácido fólico en Suecia (74,3%), una proporción más baja recibió dicha suplementación en Noruega (41,4%) y Dinamarca (34,3%). Entre los embarazos en mujeres con epilepsia tratada con MAC complementada con una dosis más alta de ácido fólico, la suplementación no se inició en más del 40 % de los embarazos hasta después de que la paciente quedara embarazada. Este hallazgo está en línea con los resultados de niños nacidos de mujeres con epilepsia realizados en el Reino Unido, lo que muestra que solo el 46 % inició suplementos fólicos antes de la concepción, en los que el 70 % de la población usaba ≥5 mg de ácido fólico al día.

Resulta interesante la observación de que en Suecia, la suplementación con dosis más altas de ácido fólico se mantuvo constante y alineada con las directrices nacionales, mientras que en Noruega y Dinamarca, la tendencia fue decreciente.

La discrepancia en las prácticas de suplementación entre estos países podría reflejar diferencias en las recomendaciones clínicas y la conciencia de los clínicos sobre la evidencia disponible. La evidencia no apoya firmemente que el ácido fólico sea protector contra los defectos del tubo neural asociados con el uso de medicamentos antiepilépticos (MAC), lo que podría influir en las prácticas de prescripción.

La variabilidad en la suplementación con ácido fólico antes de la concepción también es un punto crítico, ya que los embarazos no planificados son comunes en mujeres con epilepsia, lo que subraya la necesidad de mejorar los protocolos de planificación previa al embarazo.

Las limitaciones del estudio, como la falta de información detallada sobre el consumo real de ácido fólico y MAC o la generalización de los resultados a otras regiones, son desafíos comunes en la investigación multinacional. Sin embargo, estos hallazgos proporcionan una visión valiosa de las prácticas de suplementación con ácido fólico en mujeres con epilepsia y pueden informar futuras directrices y recomendaciones clínicas.

Para saber más:

Vegrim, H. M., et al. (2024). «Prescribing patterns for higher dose folic acid in pregnant women with epilepsy treated with antiseizure medication.» Epilepsia. DOI: 10.1111/epi.17969