La ocurrencia de una crisis epiléptica mientras se conduce plantea riesgos evidentes para las personas con epilepsia, sus familiares y la comunicad en general.

Aproximadamente, con datos principalmente de EEUU, se calcula que entre el 0,1-1% de los accidentes de tráfico anuales son el resultado de una crisis epiléptica mientras se conduce. Estas cifras reflejan los datos posteriores al diagnóstico de epilepsia, pero, ¿cuál es el efecto de las personas que tienen su primera crisis al volante y aún no han sido diagnosticados?

Un estudio recién publicado en la revista Neurology ofrece datos a este respecto. En un estudio retrospectivo que utiliza las bases de datos del estudio multinacional del Proyecto de Epilepsia Humana, se identificaron las personas que tuvieron accidentes de tráfico previos a su diagnóstico. De los 23 participantes que experimentaron crisis mientras conducían, un 26,1% experimentaron su primera crisis en su vida mientras estaban al volante. Un 60,9% tuvieron crisis antes de su primera crisis al volante. Un 30,4% tuvieron más de un accidente. La mayoría de las crisis en estos casos eran crisis focales con alteración de conciencia, pero sin convulsión, que son las que se asocian a un retraso diagnóstico mayor. 

Los autores calculan que en los EE. UU. cerca de 6.500 personas al año sufren una crisis mientras conducen, antes de haber sido adecuadamente diagnosticados, relacionados con casi 4.000 accidentes de tráfico y más de 2.200 hospitalizaciones. 

Gran parte de esto se puede prevenir con un adecuado diagnóstico a tiempo. El retraso en el diagnóstico y el tratamiento tiene amplios efectos negativos en la calidad de vida y aumenta la morbilidad y la mortalidad, derivada de las hospitalizaciones y los accidentes de tráfico.

Para saber más:

Bases et al. Impact of Seizures While Driving Prior to Diagnosis in People With Focal Epilepsy: Motor Vehicle Accidents and Time to Diagnosis Neurology. 2023. Publish Ahead of Print DOI:10.1212/WNL.0000000000207464