Beber alcohol con moderación puede ser una experiencia placentera. Una caña de cerveza puede saciar la sed en una tarde de verano, mientras que una copa de vino con la familia o amigos puede ser una experiencia relajante después de un duro día de trabajo y favorecer la socialización con otras personas.

 

Desafortunadamente, el consumo excesivo de alcohol se ha vuelto demasiado popular en los últimos tiempos, especialmente entre nuestros jóvenes, haciendo más complicada la situación. Tener epilepsia y tomar fármacos antiepilépticos (FAEs) no significa necesariamente que no se pueda beber alcohol, pero es importante tener en cuenta los siguientes hechos.

 

 

 

1.- Los FAEs pueden hacerle a la persona más sensible a los efectos del alcohol y el alcohol puede exagerar algunos de los efectos secundarios de los FAEs. Esto significa que tomando menos bebidas podría llegar a emborracharse antes que si no estuviera tomando medicamentos. Si elige beber alcohol, necesitará conocer muy bien sus límites y respetarlos. Los resultados de mezclar alcohol con FAEs también dependen del medicamento que esté tomando, y esto debe hablarse con su médico. Muchos fármacos van a eliminarse más rápidamente en presencia de alcohol y le pueden dejar desprotegido en un momento de especial vulnerabilidad.

 

2.- Es muy importante no dejar de tomar deliberadamente sus FAEs porque desea beber alcohol. Es mucho más probable que tenga una convulsión al perder una dosis de sus FAEs que al tomar una bebida ocasional.

 

3.- La intoxicación aguda por alcohol (>50 g de alcohol) puede desencadenar crisis epilépticas, incluso en personas que no tienen epilepsia, debido a un efecto neurotóxico directo así como aumentar el riesgo de traumatismo craneal y complicaciones médicas asociadas. El alcohol actúa sobre diversos neurotransmisores, preferentemente sobre los receptores NMDA (excitatorios) y GABA (inhibitorios). La ingesta aguda del alcohol inhibe los primeros y refuerza los segundos, efecto que se pierde horas más tarde de la ingesta con posible efecto rebote si la ingesta ha sido importante.

 

4.- El alcoholismo crónico puede hacer que se tengan crisis por privación alcohólica. En esta situación se potencian los receptores NMDA (promotora de crisis) y disminuye la transmisión gabérgica (protectora de crisis). Estas convulsiones pueden comenzar entre siete y 72 horas después de dejar de beber y se acompañan de otros elementos del síndrome de abstinencia alcohólico.

 

5.- El consumo social moderado de alcohol (menos de dos unidades por día) rara vez se asocia con la precipitación de crisis en la epilepsia focal, pero puede afectar más al control de las convulsiones en los síndromes generalizados, especialmente cuando se asocia con privación del sueño. Las personas con mayor ingesta deben saber que tienen un mayor riesgo de sufrir convulsiones, especialmente de 7 a 48h después de la última bebida.

 

En resumen, hay que ser muy prudentes e individualizar el riesgo. El alcohol puede hacer que las convulsiones sean más propensas a ocurrir en algunos pacientes, especialmente en aquellos con epilepsias generalizadas. También puede empeorar los efectos secundarios de los medicamentos y los medicamentos antiepilépticos pueden exagerar los efectos del alcohol. Hay que considerar individualmente cuál es el control de las crisis de cada persona y el medicamento y dosis que toma para controlarlas. Beber en exceso aumenta los riesgos de sufrir convulsiones y además provoca otros problemas de salud. Por ello, muchas personas con epilepsia, con buen criterio, habrán decidido que el alcohol no es para ellos, tal vez porque no quieren correr el riesgo, o la experiencia les ha enseñado que incluso el consumo moderado de alcohol puede empeorar su epilepsia.

 

Sin embargo, con moderación, muchas personas con epilepsia podrán disfrutar ocasionalmente de una bebida alcohólica, sin problemas. Recuerde preguntarle a su médico sobre los efectos de beber alcohol con el medicamento que le recetaron.

 

Para saber más:

 

Bartolini, E. and J. W. Sander (2019). «Dealing with the storm: An overview of seizure precipitants and spontaneous seizure worsening in drug-resistant epilepsy.» Epilepsy Behav 97: 212-218. https://doi.org/10.1016/j.yebeh.2019.05.036

 

https://www.ibe-epilepsy.org/downloads/Alcohol%20and%20Epilepsy.pdf

 

https://escueladepacientes.es/images/Pdfs/SADE%20-%20Gu%C3%ADa%20Andaluza%20de%20Epilepsia%202015.pdf