Los fármacos antiepilépticos (FAEs) se han asociado a un riesgo significativamente mayor que otras clases de fármacos para producir reacciones cutáneas graves y potencialmente fatales, como el síndrome de Stevens-Johnson (SSJ) y la necrólisis epidérmica tóxica (NET). Los síntomas de estas reacciones adversas en la piel consisten en erupción cutánea y lesiones similares a ampollas en el tronco y las membranas mucosas acompañadas de fiebre. La mortalidad oscila entre el 5% en el caso de SJS y hasta un 30% con NET.

Pero no todos los FAEs tienen el mismo riesgo, según muestra un nuevo análisis de los datos archivados en el Sistema de información de eventos adversos de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU. (FAERS), publicado recientemente en la revista Epilepsia.

Los investigadores encontraron que los FAEs tenían el mayor número de informes de estas reacciones cutáneas adversas, con casi nueve veces más de riesgo que con otras clases de medicamentos.

Este estudio confirma que la lamotrigina tiene un riesgo relativamente alto de provocar estos efectos secundarios, pero también encontraron que otros tres medicamentos tienen un riesgo relativo aún mayor: zonisamida, rufinamida y clorazepato, y que otros dos medicamentos, fenitoína y carbamazepina, tienen la mitad del riesgo. También se observaron asociaciones significativas para el ácido valproico, eslicarbazepina, oxcarbazepina, clonazepam y levetiracetam.

La lamotrigina y la carbamazepina tienen advertencias específicas en su ficha técnica sobre estas complicaciones, pero no es habitual para la mayoría de los neurólogos advertir a los pacientes que toman estos otros medicamentos de un riesgo relativamente alto de estas reacciones cutáneas.

Más del 90% de estas reacciones cutáneas se producen dentro de los primeros dos meses del inicio del tratamiento, aunque algunos como el fenobarbital y el ácido valproico han mostrado este tipo de reacciones adversas durante el tratamiento a más largo plazo. Este tipo de reacciones se hace menos probable si se comienza a dosis muy bajas los medicamentos de más riesgo como es el caso de la lamotrigina, en especial en combinación con el valproato.

A medida que los médicos se dan cuenta de los riesgos potenciales asociados a estos medicamentos, pueden educar a los pacientes sobre estos signos síntomas de las reacciones cutáneas que pueden ser el inicio de un síndrome de Stevens Johnson, y así detectarlo lo antes posible. En cualquier caso, con la presencia de lesiones cutáneas lo mejor es detener la escalada del medicamento hasta comprobar con el médico prescriptor la extensión de las lesiones y la conveniencia de seguir con el medicamento.

Para saber más:

Borrelli, E et al. (2018). Stevens‐Johnson syndrome and toxic epidermal necrolysis with antiepileptic drugs: An analysis of the US Food and Drug Administration Adverse Event Reporting System. Epilepsia, 59(12), 2318–2324.

http://doi.org/10.1111/epi.14591