Un reciente programa documental de la CNN, llamado “Weed” (1,2), (marihuana en inglés), emitido el 11 de agosto y conducido por el Dr. Gupta (que figuraba entre los posibles candidatos de Obama para Surgeon General en Estados Unidos, ha reabierto el debate sobre el uso medicinal de marihuana, en esta ocasión en el contexto de la epilepsia.
El cannabis ha sido empleado durante mucho tiempo por el ser humano con fines recreativos, ceremoniales y también medicinales. De hecho, el cannabis ha formado parte de la farmacopea de la medicina occidental hasta el primer tercio del siglo XX cuando sus efectos más negativos empezaron a ser conocidos. Hay que tener en cuenta que esta sustancia biológica contiene múltiples componentes químicos. Los más importantes son dos; por una parte está el tetra-hidro-cannabinol (THC), que es responsable de los efectos psicoactivos de la marihuana, es decir, la que “coloca” y también responsable de la adicción a esta sustancia. Por otra parte está el cannabidiol (CBD) que parece ser el componente que puede tener propiedades para modular la hiperexcitabilidad neuronal y que podría tener aplicaciones terapéuticas en epilepsia. Es muy importante hacer esta distinción entre los componentes de la marihuana por su efecto contrario. Su clasificación como sustancia adictiva ha hecho muy difícil el obtener permisos de investigación para evaluar sus posibles propiedades terapéuticas.
El programa presentaba el caso impactante de Charlotte, una niña del estado de Colorado, diagnosticada de síndrome de Dravet que, con 5 años ya presentaba unas limitaciones importantes en su calidad de vida y múltiples episodios de crisis convulsivas (hasta 300 a la semana). Sus padres, ante la inefectividad de otros tratamientos, oyeron hablar de otro caso similar al de su hija con buenos resultados aparentes con esta sustancia y decidieron probar. Se da la circunstancia de que el estado de Colorado permite el uso medicinal de esta sustancia. Tras conseguir, con mucha dificultad, el requisito legal de que dos médicos prescribieran el tratamiento, lo iniciaron con una variante de cannabis baja en THC (0,76%) pero elevada en CBD (17,61%). Esta variante de marihuana apenas tenía aceptación como uso “recreativo” por su bajo poder psicoactivo. Por 800 $ compraron las primeras dosis y prepararon un extracto para poder ser administrado en forma líquida bajo la lengua. Según menciona el Dr. Gupta, los resultados fueron espectaculares, desde el primer día. Para agradable sorpresa de los padres, en muy poco tiempo pasó a tener tan sólo una crisis al mes. Esta mejoría parece haberse mantenido durante al menos un año, con mejoras importantes en la conducta y capacidades cognitivas de Charlotte, que ha pasado por ser la paciente más joven hasta el momento tratada con esta sustancia. El programa menciona que más pacientes con síndrome de Dravet están siendo tratados con cannabinoides, aparentemente con buenos resultados. El dr. Gupta también entrevista a un adulto con mioclonías diafragmáticas continuas produciéndole una especie de hipo constante que le dificulta hablar con claridad y que se resuelve en menos de un minuto tras fumar marihuana.
Es indudable que este tipo de reportajes tiene una influencia notable en la opinión pública. Muchos padres de niños con epilepsia refractaria, desesperados ante la ineficacia de tratamientos convencionales, comenzarán a preguntar a sus médicos sobre esta opción. Sin embargo, a día de hoy y a pesar de estos casos anecdóticos, la evidencia disponible en favor de su uso es escasa.
Una reciente revisión de la prestigiosa organización Cochrane en 2012 (3), analizó todos los estudios publicados hasta la fecha. Tan sólo se encontraron 4 estudios aleatorizados que incluían 48 pacientes que usaron CBD, en dosis de 200 o 300 mg, durante breves periodos de tiempo. Los estudios carecían de la rigurosidad exigida habitualmente en estudios científicos, por lo que la calidad de la evidencia obtenida es muy limitada. Todos los pacientes continuaron el tratamiento antiepiléptico habitual. Los resultados pueden resultar válidos en cuanto a la ausencia de efectos secundarios, aunque tan sólo a corto plazo, pero no resultan concluyentes para determinar la eficacia de estos compuestos. Tampoco aportan información válida sobre los efectos de este tratamiento a largo plazo. Estos parecen ser especialmente preocupantes, sobre todo en adolescentes que comienzan precozmente su uso recreativo, ya que se ha asociado a un descenso importante en el coeficiente intelectual (4). Indudablemente los efectos psicoactivos y el potencial de adicción de la marihuana son efectos secundarios muy importantes que deberían ser controlados y reducidos en su potencial formato terapéutico para que pueda ser utilizado con seguridad.
En conclusión: en mi opinión, hay que seguir de cerca estas informaciones y facilitar más investigaciones rigurosas que ofrezcan evidencia clara sobre los posibles efectos terapéuticos en epilepsia de los cannabinoides. Pero habrá que obtener esta evidencia adecuadamente, con el mismo nivel de control y calidad exigido a cualquier otra sustancia que aspira a ser tratamiento médico. La información presentada en el documental es definitivamente impactante y adecuada para un docudrama informativo dedicado al público general pero, definitivamente, la información es insuficiente para el profesional médico. Por tanto, los casos de pacientes presentados en este documental deberían ser publicados en revistas especializadas en epilepsia para que la comunidad científica, con los controles de calidad habituales, pueda hacer una valoración con criterio de los hallazgos presentados y extraer conclusiones con fundamento que permitan informar verazmente a nuestros pacientes. Hasta que estos datos no estén disponibles y no se hayan desarrollado protocolos específicos para el componente medicinal de esta sustancia en cada tipo de epilepsia, en mi opinión, no es recomendable el uso de marihuana en general, y cannabinoides en particular, para el tratamiento de la epilepsia ni en adultos ni, mucho menos, en niños.
 

Referencias

1. http://cnnpressroom.blogs.cnn.com/2013/08/13/weed-dr-sanjay-gupta-reports/

2. http://www.youtube.com/watch?v=Z3IMfIQ_K6U

3. Gloss D, Vickrey B. Cannabinoids for epilepsy. Cochrane Database of Systematic Reviews 2012, Issue 6. Art.No.: CD009270. DOI: 10.1002/14651858.CD009270.pub2.

4. Meier, M. H. et al. Proc. Natl Acad. Sci. http://dx.doi.org/10.1073/pnas.1206820109 (2012).