Las mujeres embarazadas que toman medicamentos antiepilépticos para controlar su epilepsia no experimentaron significativamente más complicaciones obstétricas o neonatales que las mujeres embarazadas sin epilepsia y sin tratamiento. Esta es la conclusión del análisis inicial de los resultados del estudio MONEAD (Maternal Outcomes and Neurodevelopmental Effects of Antiepileptic Drugs) presentados en la reciente reunión anual de la American Epilepsy Society en Washington DC.

 

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En un análisis de resultados de 331 mujeres embarazadas con epilepsia (23% en tratamiento en politerapia) en comparación con mujeres sin epilepsia, los investigadores encontraron que la tasa de cesáreas no fue significativamente diferente entre los dos grupos, independientemente de que hubieran tenido una cesárea previa o no.

 

La tasa de bébés nacidos con bajo peso para su edad gestacional fue incluso más alta entre las mujeres sin epilepsia del grupo control (9,6%) frente al grupo de mujeres con epilepsia (4,6%) aunque estos resultados no fueron estadísticamente significativos. Tampoco hubo diferencias estadísticamente significativas entre los grupos en cuanto a tasas de preeclampsia, desprendimiento de placenta u otras complicaciones obstétricas mayores.

 

Alrededor del 23% de las mujeres con epilepsia estaban tratadas con politerapia. De las 259 mujeres en monoterapia, 109 tomaban lamotrigina, 97 tomaban levetiracetam y 53 tomaban otro FAE (fármaco antiepiléptico).

© 123RF Stock Photos

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Cuando se compararon los resultados entre las mujeres embarazadas tratadas con un solo FAE en comparación con las que tomaban múltiples fármacos para controlar su epilepsia

sí que se encontraron diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la frecuencia de rotura prematura de la bolsa amniótica. Esta complicación se observó en el 10,3% de las tratadas en politerapia, en comparación con el 2,8% que tomaban un solo FAE. También presentaron tasas más altas de parto prematuro y admisión a la unidad de cuidados intensivos neonatales, si bien  esas diferencias no fueron estadísticamente significativas.

 

Se trata de resultados preliminares y se continúan analizando los datos en busca de hallazgos que puedan ser importantes según la demografía, los tipos y la frecuencia de las crisis y las concentraciones de fármacos.

 

No obstante, los hallazgos son un refuerzo de la idea de que, en general, las mujeres con epilepsia deberían poder sentirse cómodas al quedar embarazadas y tener hijos. Si bien existe un mayor riesgo, las mujeres con epilepsia no deben sentir que no pueden tener hijos aunque es importante que hablen  extensamente de este tema con su neurólogo y planear todo con tiempo.

 

 

 

Para más información: AES Abstract 1.217: Pennell PB et al. Obstetric and neonatal outcomes in the MONEAD Study.