Las dietas cetógenas han demostrado en los más de 100 años de uso su eficacia en el tratamiento de la epilepsia en edad infantil y gozan de un aceptado reconocimiento.

Su uso en adultos, sin embargo, es menos extendido y la evidencia de su eficacia más limitada.

Una de las dietas cetógenas utilizadas en el tratamiento de la epilepsia es la llamada Dieta Atkins modificada. Es una dieta más flexible y con posibilidades de aceptación en adolescentes y adultos y que contiene alrededor de 65% de grasa, 25% de proteína y 10% de carbohidratos. La evidencia disponible sugiere que la dieta modificada de Atkins puede tener una eficacia comparable a la dieta cetógena clásica, pero con una mayor tasa de mantenimiento en adultos con epilepsia refractaria. 

Un reciente estudio publicado en la revista Neurology ofrece evidencia de clase III sobre la eficacia de esta intervención en personas con epilepsia refractaria entre 10 y 55 años. 

En un ensayo controlado aleatorio realizado en la India, un total de 160 pacientes (80 adultos y 80 adolescentes) fueron aleatorizados a recibir la dieta modificada de Atkins o a un grupo control.

A los seis meses, se observó una reducción del 50 % en las crisis en el 26,2 % en el grupo que recibió la dieta frente al 2,5 % en el grupo de control. También se observaron mejoras en las puntuaciones de las escalas de calidad de vida. Como efectos secundarios reportaron diarrea en dos pacientes y pérdida excesiva de peso en uno.

Este estudio demuestra que la dieta modificada de Atkins es una alternativa realista, eficaz y bien tolerada, como intervención terapéutica añadida en el tratamiento de la epilepsia refractaria en adultos.  La reducción de la frecuencia de crisis se reflejó en la mejora de la calidad de vida en todos los pacientes del grupo de intervención en comparación con el grupo de control. Se necesitarían estudios futuros para identificar biomarcadores neurofisiológicos y genéticos asociados con una respuesta positiva a la dieta que tendrían implicaciones en la práctica clínica para fomentar su uso específico y temprano en aquellos pacientes que vayan a responder bien y que permita realizar un análisis de riesgo-beneficio individualizado de esta intervención terapéutica.

Manral, M., et al. (2023). «Safety, Efficacy, and Tolerability of Modified Atkins Diet in Persons With Drug-Resistant Epilepsy: A Randomized Controlled Trial.» Neurology. 2023 Jan 4:10.1212/WNL.0000000000206776