No todo lo que a primera vista parecen ser crisis epilépticas lo acaban siendo. Otras condiciones como síncopes, trastornos del sueño, trastornos conductuales o conflictos neuropsicológicos pueden dar lugar a cuadros que parecen similares a crisis epilépticas pero que se tratan de manera muy distinta. Por eso es muy importante llegar al diagnóstico preciso de estos episodios y evitar así tratamientos innecesarios con fármacos antiepilépticos.